(Parte 1)

Una joven que, por problemas mentales, atacó contra sus amigos, por una cuestión de celos y desamores, llevándola a cometer crímenes y a su propia muerte.

Son las 6:47 P.M., del jueves 5 de agosto y todo anda muy bien, Emily va llegando a su apartamento, en el norte de Bogotá, como de costumbre, después de un largo día de trabajo, solo quiere llegar y poder ver a su esposo, pegarse una larga ducha y meterse a su cama. Mete la llave de la puerta y la encuentra con seguridad, eso quiere decir que el esposo aun no llega, no le presta atención, porque sabe que no demora en llegar, entra a la casa, con los pies adoloridos, dejando los tacones en la entrada junto a un tapete muy peludo, enciende las luces y va dejando sus cosas por medio de la casa, mientras va avanzando poco a poco hasta llegar al baño. Suena una vibración, brrr…brrr…., es el teléfono de Emily una llamada entrante de su esposo, pero no alcanza a llegar a el, así que devuelve la llamada, pero se va a buzón de voz, decide mandarle un mensaje de texto a su WhatsApp “Hola amor, me encuentro ya en casa, ¿a qué hora vuelves?” sin preocupación alguna deja su celular en el comedor de la sala, mientras se dirigía a su cocina para prepararse algo ligero de comer, se escucha una vez más el celular suena, corre y alcanza  a contestar “amor, me escuchas, aló,” se escucha entre cortado “hola amor, voy ya en camino con visita, ya nos vemos…”

Una mala decisión

7:32 P.M. Emily prepara la casa para recibir la visita, sin saber quiénes vendrán, se asoma a su ventana desde un décimo piso, que tiene la vista para dentro de su conjunto, con una taza de té, entre los dedos, se queda viendo detenidamente los carros que van pasando.

Suena el timbre de la casa, sin alguna prisa Emily se levanta para abrir la puerta y recibir a su visita, de primeras se encuentra su esposo, detrás de él una pareja, en ellas está, una mujer quien es su amiga Verónica, una dama de porte muy sensual, cabello corto pero parejo arriba de los hombros, de color mono, grandes senos y una cola muy grande, llevaba puesto un vestido muy pegado a su cuerpo, pero muy formal, al lado de ella Carlos un viejo amigo de ellos, un tipo alto de aproximadamente 1.74 cm, con barba, cabello negro, vestía un traje azul, y una camisa blanca “Hola… amiga…. dijo Verónica lanzando sus brazos por encima de Emily y demostrando una gran felicidad al verla,” tiempos sin verte querida” entre risas Emily los saluda con ánimo y poco sorprendida y con un beso en la boca saluda a su esposo, pasen por favor, están en su casa, se dirigen a la sala, que está ubicada al lado, un poco más atrás de la puerta, sentándose en el sillón negro más grande, dejando sus bolsos a un lado de ellos. “¿A que le debo esta grata sorpresa?”, preguntó Emily, recogiendo su tasa en la que estaba bebiendo su té, Pedro quien es el esposo de Emily responde con carcajadas, “amor me preguntaron por ti y querían venir a verte, así que los traje…”.

La noche cada vez iba pasando y ya eran las 10:44 P.M., entre unas cuantas copas de vino y carcajadas, Verónica se levanta con algo de prisa, para irse a su casa, “cómo te vas a ir a esta hora, no, no…” responde Emily, quédate esta noche acá con Carlos y mañana ya nos vamos para el trabajo, Carlos con algo de pena y lanzando un último trago de vino a su boca dice, “a mí me da mucha pena así que yo ya me voy”. Emily insiste en el que se queden y se retira de la sala, para ir al cuarto de huéspedes y poder arreglar la cama de ambos, “Muchachos no renieguen y vengan a dormir acá”, alegaba Emily mientras distendía las camas y colocaba sus almohadas bien cómodas. Verónica se acerca a ella y le dice que perdón que no volverá a suceder y deja su bolso, un bolso enorme negro de Louis Vuitton en una de las esquinas de la cama, mientras se dirige al baño que esta al lado del cuarto de ellos, Pedro va sacando algo de ropa cómoda para que ellos puedan estar mejor. Finalmente, Verónica y Carlos acceden a quedarse y se dirigen a dormir igual que Emily y Pedro

Un grito de madrugada

Son las 4:17 A.M. se escucha un ruido muy extraño dentro de la casa, quejidos y una risa algo silenciosa, Pedro abre sus ojos y un poco asustado y extrañado del ruido levanta a Emily, “ amor, escuchas eso”, Emily entre dormida logra escuchar un ruido raro y abre sus ojos y voltea a mirar Pedro, abrazándolo duro y buscando con su mano derecha su teléfono celular para poder alumbrar, se levantan, saliendo cada uno de un lado de la cama y colocándose sus pantuflas, sus caras son algo asombradas pero también tienen miedo y en silencio sin prender alguna luz, abren la puerta de su cuarto, dejando escapar un pequeño chillido, -esperan un momento- y la siguen abriendo de a poquitos, van a su estudio que esta al lado del cuarto de ellos y no se ve nada, miran en el baño de invitados, pero tampoco encuentran que pueda ser, siguen por un pequeño pasillo y llegan a lo que es el comedor y la sala , pero tampoco ven algo que pueda ser extraño, deciden mirar en el cuarto de huéspedes, para verificar que Verónica y Carlos estén bien, al abrir el cuarto con cuidado por una pequeña sombra se ve alguien con un extraño movimiento, Pedro le dice a Emily que haga silencio dirigiéndose su dedo a la boca, le estira su mano y con el dedo le señalaba que estuviera detrás de él, de un empujón abrió la puerta y encuentran alguien de pie, “Vero eres tú, preguntó Emily, ¿amiga que paso?, contesta Verónica, acercándose a encender la luz, en el momento en que la luz se enciende, el cuarto está lleno de sangre, no cabe ni una gota de sangre, las paredes, la cama, la cara, las manos de Verónica, la cama en la que estaba Carlos era una laguna de sangre, un grito de temor se escucha, ¡qué hiciste Verónica…..!, entre risas mira lo que queda de Carlos y asombrada dice, él se los busco, Verónica  con una reacción rápida enterró su cuchillo en la pierna de Pedro, exclamando, si ninguno me quiere a mí, porque debo dejarlos para ti. Todo se trataba de una cuestión de celos, Pedro era el esposo de Emily y Carlos siempre había sentido una fuerte atracción por Emily, pero nadie sabía, solo Verónica.

Llena de odio, sacó el cuchillo de la pierna de Pedro y comenzó a llorar, preguntándose a sí misma por qué nadie la quería, que, si era por los gorditos de sus brazos, la forma de su cara o si quizá era por no ser tan linda y con el cuchillo comenzó a quitarse parte de los brazos, llena de sangre y con su maquillaje derramado, mientras hacía con su voz de un pequeño lamento. Emily intentó tranquilizarla y pasó su mano derecha sobre los hombros de Verónica, “ven por favor cálmate… intentemos arreglar este desastre”, pero la reacción de Verónica fue quitarse, y con un pequeño salto clavó su cuchillo y se retiró rápidamente, dejó el cuchillo enterrado en la clavícula por la parte izquierda de Pedro, con un grito muy fuerte de dolor y desesperación Pedro fue cayendo de rodillas, esto ya se estaba saliendo de control. Mientras Emily miraba asustada y su reacción fue quitar el cuchillo.

Continuará…

Autor: María Mariño