Siguen pasando los días y este virus sigue avanzando, cada día las cifras de muertes y contagiados siguen creciendo, y aunque también hay gente que se recupera, esto no supera ni la mitad de los que están contagiados, pero aun así seguidos con la fe intacta de que pronto todo volverá a la normalidad, estaremos todos reunidos, disfrutando de los nuestros, por otro lado saldremos a las calles, a los colegios, universidades, trabajo, canchas y demás; estos tiempos son pruebas que Dios nos ha puesto.
Solía dirigirme al colegio todas las mañanas recorría entre 12 – 15 cuadras, cuando ingresaba al colegio todo era tan diferente, mis compañeros, los profesores y demás, hoy que no he podido disfrutar de mi tiempo con ellos siento un vacío ya que eran estas personas con las que disfrutaba algo de mi diario vivir, con quien pasaba 7 horas del día, extraño sus voces, las veces que solía cantar o molestar no solo a mis compañeros sino también a mis profesores, hacen falta aquellos regaños, aquellas voces en la institución, las veces que sentíamos impotencia al no saber de algún tema, hacen falta esos descansos en los que nos reuníamos con nuestros compañeros para contarnos alguna historia o como dicen por ahí, algún chisme, no solo eso, extraño ir al fútbol, extraño la cancha y el balón, tener que entrenar fuerte para querer ser futbolista, tener que correr detrás de una pelota que no es algo tan simple, a veces te caes, te raspas y te tienes que levantar y seguir pateando la pelota hasta el final, aunque estés cansado deberás levantar la cara y seguir adelante con la mente positiva de que saldrás victorioso y esto suele pasar en los diferentes aspectos de la vida, aunque estés cansado deberás seguir hasta el final y en estos momentos debemos de tomarlo como si fuera el mejor partido de fútbol debemos ser fuertes, pacientes, manteniendo la cabeza en alto con la mejor actitud siendo positivos porque Dios nunca nos abandona ni en los peores momentos.
Autor: Lina Marcela Obregón