Reconocemos que Colombia ha sido el escenario de un sinfín de actos violentos, tan atroces equiparables con la belleza de sus paisajes, y aunque puedo narra una cantidad enorme de eventos impetuosos, me centraré en una época en donde las zonas rurales dejaron de ser las protagonistas (sin desmerito alguno, pues actualmente las atrocidades siguen latentes) de la violencia, pues llego a las ciudades de forma muy severa, nos referimos precisamente a las décadas de los 80 y los 90, profundizando en dos movimientos sociales, masacrados, traicionados y casi extintos, la Unión Patriota (UP) y el Movimiento 19 de Abril (M-19).

EL MOVIMIENTO HACIA EL DIALOGO

La gestación del fraude electoral por la presidencia entre el General Gustavo Rojas Pinilla y Misael Pastrana Borrego, en el cual este segundo salió victorioso por 22000 votos por encima de su contrincante, unos tres años después, en esa misma fecha (19 de Abril de 1973) surge el grupo guerrillero M–19, como respuesta al ofuscamiento social: Jaime Bateman Cayón, Ivan Mario Ospina, Carlos Toledo Plata, Álvaro Fayad y Luis Otero, son los primeros nombres que resuenan en el movimiento guerrillero; junto a una inusual forma de hacerse del reconocimiento público pues, el M-19 usaba los periódicos como método ortodoxo para hacer propaganda de su llegada al país. Parte del pueblo indignado se sentía a gusto al tener una aproximación del grupo, se sentía más al alcance de la mano, el ciudadano cuyo deseo era luchar por sus ideas tenía un respaldo podía empezar su batalla contra la injusticia, ya que estaba dentro de la ciudad.

Acciones como: el robo de la espada de Bolívar, la toma al consejo de Bogotá, el robo de armas al cantón norte, el asesinato del líder sindical José Raquel Mercado y muchos más, fueron los golpes al gobierno con intenciones claras: llamar la atención de los ciudadanos, y buscar debilitar al régimen político de aquella época, una táctica traída del reino animal, pues una jauría de lobos expertos, asechan a su presa, la hostigan hasta el cansancio buscando, esperando una y otra vez el momento exacto para penetrar con sus colmillos en la yugular de su presa, en este caso en aquel gobierno disfrazado de ciervo.

7 de Agosto de 1982: la locación es la  plaza de Bolívar en el centro de la ciudad, el sol brillaba al medio día iluminando con sus rayos cada centímetro del terreno, los abrazos, los besos, y las lágrimas fueron los espectadores de un discurso demagogo que anunciaba una tregua ente el gobierno y el grupo M-19, los bombos y platillos armonizaban las palabras que daban esperanza a un pueblo dividido y buscando justicia para sí mismo, las balas por fin serán cambiadas por las palabras.

Muchos cabecillas y militantes caen a el llamado “Juicio del siglo” en Colombia, con un total de 120 militantes que no se ve afectados por los tratados puestos en la mesa con el presidente Belisario. La comisión de paz está hecha para esto, una amnistía aprobada por el congreso, fue considerada como campanas milagrosas del cese al fuego, un hermoso respiro para el pueblo colombiano, un respiro de tranquilidad, pero de un combate que seguía sin fuego, con algo mucho más peligroso y amenazante para cualquier gobernante, las palabras.

Pero un tratado de paz, firmado paradójicamente entre banderas blancas color esperanza, y fusiles de alto y bajo calibre de color desconfianza, un ejército golpeado en la moral y en su orgullo siniestro y adoctrinado, asedio dos semanas después un campamento en el Cauca antes de encontrarse para dialogar entre los dos bandos.; un mes después como una pareja de novios jóvenes recién confrontados, volvieron a pedir cese al fuego, uno que duro tan solo 11 meses, pues la policía ataco a el líder del grupo guerrillero Carlos Pizarro en el Cauca cuando se dirigía a dar un discurso; y aun así, con fe ciega pero llena de amor por ver un país justo, Carlos firma herido de bala en su brazo, la paz con el gobierno en 1984.

Una hoja con casi 15 firmas, esa simple hoja llena de letras escritas en tinta, letras de esperanza y fe, pero  por el derramamiento de la sangre fue creada. Pero, el pensamiento de Nicolás Maquiavelo  es quien estaba en el poder, en las armas, en el corazón de aquellos gobernantes que no respetaron esa hoja que poseía un pasado sanguinario; por tal razón la toma del palacio de justicia fue ejecutada, con el fin de reclamar el cumplimiento de una hoja que se llevó acabo y con mucha esperanza se firmó. Hoy en día no se conoce quien más estuvo implicado en la toma, pero lo que sí se sabe, es que el M-19 no se acabó ese día violento, esa noche sangrienta. Luego de un silencio fúnebre, un sentimiento de intriga, lagrimas que cayeron por el terror que dejo la toma, como un fénix renace de sus cenizas, el grupo reaparece en llamas con el secuestro del dirigente conservador Álvaro Gómez, pero no pide dinero, pide una asamblea para la paz, consenso, dialogo; 2 meses después fue liberado y nace en Marzo la Alianza Democrática M19.

Esta vez, la paz se vuelve a firmar, con banderas blancas, y sin ningún fusil en las plazas, la palabra será la munición, las ganas de ver una Colombia unida será la motivación, el boto es quien elegirá el camino del pueblo caminando, la televisión pronuncia palabras de cambio y unión dirigidas por Pizarro con su lema “Palabra que sí”. 26 de Abril de 1990, un avión preparaba su despegue hacia la ciudad de Barranquilla, en la pista: la esperanza lo acompañaba, las ideas de un pueblo eran el equipaje, el combustible la lucha, en su interior Carlos Pizarro. El DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) le designo escolta al candidato, pero su asesinato como en aquel momento, hoy en día (clamado crimen de lesa humanidad) sigue siendo un misterio, se culpa a Pablo Escobar, Carlos Castaño, hasta al mismísimo general Otero quien dirigía la organización aquel entonces.

Una nube gris de muchas opaca el sol en el cielo, la incógnita de quién llegara al poder es gigantesca, la tristeza de muchos cae en el país, la despedida de un líder que lucho siempre por el dialogo, y que a quema ropa le dispararon como si de un criminal se tratara condenado al fusilamiento, Carlos Pizarro se despide de una Colombia separada por la violencia.

En nuestro país existe un folclor enorme, una cantidad de flores tan hermosas como ver a las estrellas en las noches más despejadas, los campos nos trasmiten esa paz en el alma que nuestros pensamientos también se aclaran y por fin sin voces externas escuchamos nuestra propia voz; seguido de unos bailes coloridos, estrambóticos, de tambora, de cantos de voces hermosas y uno en particular llamado por muchos “El Baile Rojo”.

 

LA UNIÓN POR LA PAZ

La caza extrema en muchos lugares es considerada un deporte, pues necesita de estrategia, herramientas, y lógicamente una presa; práctica como esta ha llevado a la extinción de muchas especies del reino animal, casos como el Dodo, la vaca marina, la Cuaja, entre muchas más, nos muestra la temible capacidad humana por obtener un lujo para exhibir frente a sus semejantes. La caza no es solamente animal, también puede ser ideológica, aquellos que reflejen una amenaza para el estado o gobierno en turno, será considerado presa por el mandatario en turno.

Bogotá en el año 1985, el grupo armado FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) junto al gobierno en turno de Belisario Betancourt, firman en el municipio de la Uribe – Meta un pacto, una propuesta para involucrar su ideología social a la mediación política. Con plenas garantías de protección y dialogo, fueron las causantes de una esperanza de muchos civiles que serían escuchados, marchas masivas en las zonas rurales con pancartas que reflejaban la palabra vida en ellas, se inauguró en el Cesar en Pueblo Bello el 16 de Junio 1985 la Unión Patriótica. Dos días después y como si fuera una cacería judía, dos campesinos fueron acribillados por dar posada a unos cuantos delegados de las FARC.

1986 La democracia de Colombia habla por sí sola: 9 congresistas, 12 diputados, 14 alcaldes y 350 concejales a nivel nacional, fueron elegidos limpiamente y cuyos nombramientos duraron lo mismo que el suspiro de un enamorado al ver a su doncella pasar, el disgusto de algunos sectores militantes por estos triunfos decidieron amablemente escoger la vestimenta para estos electos; sus envestiduras serian de color negro y sus transportes un ataúd. Aquel acuerdo que se firmó, era una invitación a una fiesta de música con instrumental de acero y plomo, con un gran baile sangriento.

Jaime Pardo Leal, candidato presidencial por el partido de la UP pregunto una vez “Gobierno, ¿nos puede definir de primera mano, si témenos derecho a vivir?”. Escogido por el partido, y teniendo el favorecimiento popular, Jaime tenía la visión de un país unido, alegre, lleno de oportunidades para aquellos menos favorecidos, una aura socialista lo rodeaba en cada discurso. Le gustaba mucho ir a la finca que tenía en la Mesa Cundinamarca, la familia siempre iba con él, incluso el día en que fue acribillado dirigiéndose hacia la finca; las acciones indoloras de los asesinos nos hace preguntar si verdaderamente somos seres con sentimientos, y parece que la respuesta es un claro no, pues después de que su sangre corriera en la tierra, mesclada con pólvora, lagrimas, sueños y esperanza, los asesinatos se daban en masa y llegaron a un municipio.

En Segovia: un municipio del suroeste de Antioquia, un viernes 11 de Noviembre de 1988 que festejaba un fin de semana tranquilo, a las 9 de la noche un sonido orquestado inicio un musical trágico; una granada cae en una entrada al pueblo y al estallar da inicio a la instrumental bélica, pues los paramilitares entraron dando tiros sin decir ni una palabra. La lluvia que caía esa fatídica noche limpiaba impurosamente la sangre que corría en las calles del municipio, y así como las gotas llegaban al suelo, también lo hacían los cuerpos de ciudadanos confundidos, impactados y asustados. Una mujer llamada Rita Tobón partidaria de la UP quien había derrotado en las elecciones de la alcaldía a Cesar Pérez García del partido Liberal (autor intelectual, llamado a juicio en el 2012, por delitos de lesa humanidad). Era el objetivo principal del ataque según Carlos Castaño “la idea principal, era llegar a la alcaldía sin levantar sospecha y cometer la ejecución”.  Fue tan bien ejecutado el plan, que tan solo 40 personas asesinadas y 50 heridos fueron los dignificados de una operación ejemplar, y si se pregunta ¿El gobierno donde estaba, qué hizo al respecto? La respuesta fue una operación equivalente al acierto del plan paramilitar.

Y ahora un poema:

“Como lo habíamos comunicado en anteriores mensajes, hoy damos un parte de victoria con nuestra tarea de limpieza, la cual hemos iniciado con Elkin de Jesús Martínez alcalde electro de la UP para Remedios. Sus vínculos con las FARC y demás grupos guerrilleros que han mantenido en zozobra al pueblo del noroeste antioqueño, han provocado de nuestro movimiento un accionar concreto, en aras de poner fin a los planes expansionistas del comunismo encabezado por las FARC-UP en esta rica y prospera región del país”.

Firma: Muerte Revolucionaria del Noroeste (MRN)

Poemas con una clara evidencia de pasión amorosa.

Para la UP, con un ideal moribundo, cojeando en la sociedad, traicionado y señalado por contradecir a un estado corrupto; nace una esperanza, el hombre llamado Bernardo Jaramillo. Un hombre que según las personas más cercanas a él, decían que era un visionario, un compositor de discursos, un demócrata que buscaba la paz, poseía un apoyo tan grande del pueblo que llego a ser candidato presidencial por la UP. Pero irónicamente una droguería que contiene una gran cantidad de medicamentos fue donde su cuerpo callo baleado, asesinado frente a su esposa y frente a unos oficiales de la policía que quedaron en estado de shock, ¿Por qué? , parece que se asustaron por el ruido de la pólvora. Jamás tuvo una misa cristiana ya que el arzobispo las prohibió, pues la izquierda no merece el santo sepelio.

El último espécimen idealista cazado por los barbaros deportistas, jugadores profesionales en la caza, fue Alberto Márquez- concejal UP, el día 16 de Julio del 2003.

¿LA CAZA AUN CONTINUA?

Basta con mirar algunos medios de comunicación, y observar detenidamente, en el artículo “El mapa de la vergüenza”  de la casa editorial EL TIEMPO: “De acuerdo con el informe, en 2018 hubo un incremento respecto a los dos últimos años, pues en el 2016 se registraron 97 casos y en el 2017 hubo 150. El punto más álgido de esta situación fue en el año 2003 con 1.912 homicidios”. Se deja a la imaginación de que la cacería sigue activa por los ideales, y como antes el gobierno sigue negando, redirigiendo las investigaciones de estas asesinatos.

Entonces se abre la pregunta ¿La memoria no es impórtate para un pueblo y su identidad?, ¿los “errores” se siguen cometiendo y se ha prendido algo de ellos? Las respuestas que se le dan a estas preguntas vendrán de cada persona que observe las calles por las que deambula inocente de que tal vez solo tal vez, por esas mismas la sangre deambulo igual que él.