En el momento de buscar un contenido, tenemos que entender que tan limitado es el acceso al contenido que vamos a consumir, es decir, en qué plataforma está siendo transmitido, o si es lectura, en qué librerías o bibliotecas e inclusive en el propio internet está el contenido que se desea. Ahora bien, si el estado de ocio es más personal y nos encontramos en la comodidad de nuestros hogares, la accesibilidad puede en muchos casos ser más fácil, pues tenemos un movimiento más versátil de nuestro contenido, en pocas palabras está alcance de la mano.
El consumo de los contenidos se puede transformar en un uso de mediación social, pues atreves de las propagandas transmitidas por la televisión, radio o anuncios de internet, es cierto decir que, la repetición de estos puede llevar al consumo de ciertos productos, o de cierto contenido. Internet y su capacidad de identificar nuestros contenidos más consumidos, facilita aún más la decisión de lo que se quiere ver u observar, ya depende del usuario su uso. ¿Se puede deducir que los contenidos a nivel general buscan ilustrar?
Para entender esta parte en necesario entender el concepto de la ilustración: Kant en su ensayo ¿Qué es la ilustración? La define como “La ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad“ es decir, cuando un ser con su uso de la razón, busca por su propia voluntad el conocimiento de un tema específico y desea profundizar hasta sacar su propia deducción lógica (SAPERE AUDE: ten el valor de servirte de tu propia razón); otra definición es: “La ilustración es un ejercicio libre de la razón” (Kant) esto sucede cuando el ser está en total libertad y no tiene la presión de sus obligaciones cotidianas (trabajo, estudio, familia, etc…) en consiguiente podemos determinar que: “La ilustración es razonar libremente y sin depender de otros para hacer una idea del mundo y usar lo aprendido para ajustar nuestras creencias y acciones, acercándonos mejor a la felicidad” (Kant).
Con base en esta definición, surge una pregunta ¿El contenido a consumir atiende a una necesidad de aprender? La universidad de Washington, en su artículo ¿COMUNICACIÓN PARA EL DESARROLLO O PARA EL ENTRETENIMIENTO? Secciona de manera parcial a las: Bibliotecas, Telecentros y Cibercafés; que los cibercafés “son, hoy día, los lugares donde más gente hace uso de estos servicios. En términos de acceso masivo, las bibliotecas públicas y los telecentros sumados no son más de una cuarta parte del acceso público, aun cuando son los que ofrecen servicios a bajo costo a sin ningún costo”.
Es decir, que en los espacios de ocio en donde no nos encontramos en la casa, buscamos lugares con un acceso fácil a la web. También demuestran que la edad promedio de las personas que frecuentan estos lugares es de 15 a 35 años, en su mayoría jóvenes en proceso de educación. Al encontrar que los cibercafés son más visitados, demuestra el amplio contenido variado, ya que se generaliza la biblioteca como un sitio de contenido de solo uso académico.
Tal vez y solo tal vez, los espacios en donde se pueda interactuar de forma más entretenida con las demás personas, amigos, familiares, colegas, etc., generan una atracción fuerte a los jóvenes, ya que sus intereses particulares y función del desarrollo como individuo frente a una sociedad se encuentra en pleno auge, la socialización siempre es necesaria en el ser humano. ¿Cambia esto cuando el espacio de ocio se traslada a nuestros hogares, nuestro contenido a consumir cambia?
En el texto “Dialéctica de la ilustración” de Theodor Adorno y Max Horkheimer y la cultura de masas, en su teoría crítica, nos afirma, que la llegada de la ilustración convirtió al hombre en: “esclavos de otros, dejando a un lado la comprensión de la naturaleza y lo que lo rodea” (Adorno, 1946), es decir, al momento de buscar el que consumir nuestro tiempo de ocio, la variedad es inmensa, pero la limitación de los contenidos que nos gustan se grande, entre más menos, y es gracias al uso de la repetición; un ejemplo puede ser el ejercicio de escuchar música en la radio, de cada 10 emisoras, en 8 las canciones se repiten. Lo llaman: “Una libertad aparente, donde nuestra elección será gracias a las alternativas que nos presenten los grupos de poder” (Adorno, 1946).
Esto es llamado “La industria cultural” denominada así como “la degradación de lo que tradicionalmente se entendía como tal” (Adorno, 1946) pues afirma, que los contenidos de todo tipo dejaron de ser educativos y se convirtieron en uso específico para el entretenimiento vacío, desplazando así el arte a un segundo plano y priorizando los contenidos de carácter comercial; la espontaneidad vacía se encargó de matar al contenido educativo. El esfuerzo mínimo se glorifico, y aquel esfuerzo máximo, se convirtió en materias de unos pocos.
Teniendo presente esta afirmación entra nuestra pregunta principal: ¿Qué tipo de contenido consumimos en nuestro espacio de ocio? El análisis de esta pregunta busca que ampliemos la crítica de nuestro consumo, es de entender que la mente también busca un descanso, pero, la redirección de esta puede tener un mejor resultado al momento de contestar preguntas internas, es decir, el contenido de arte llegó a evolucionar hasta tal punto que los memes también pueden llegar a ser artísticos.
COMO SE PUEDE CONSUMIR EL CONTENIDO
Cuando un individuo se postra en un estado de descanso, su cuerpo y mente se relajan hasta el punto de literalmente no querer funcionar, esto es llamado ocio, y en cuanto a al parecer común no existe nada mejor, ese momento en que solo existimos nosotros y el universo, donde nada importa, el cuerpo se estira y los huesos suenan de tal manera que nos relaja aún más, acostados en la cama o en el sofá, un paquete de papas o de lo que sea, una bebida fría y para finalizar una cobija que nos cubre el cuello hasta la infinidad, la paz en todo su esplendor; nada más exquisito que ese momento.
Imaginamos que todo está en equilibrio hasta que llega la parte más crucial ¿Qué quiero ver? Encendemos el televisor y con lo primero que encontramos jamás nos va a interesar, es ley marcial, cambiamos de canal una y otra vez, hasta que por fin damos con algo que nos va acompañar todo el rato de lucidez. Para este punto en el que todos hemos estamos y queremos estar, nos hemos preguntado ¿Cuál es la calidad del contenido que estamos consumiendo?
Es claro que todo contenido no tiene como fin de educar, este es conocido como entretenimiento, una amalgama de conceptos con el fin de interactuar con quien lo visualice, con una variedad de colores, juegos, o sensaciones que ofrecer busca atender a nuestros sentimientos; lugares como los cibercafés son utilizados con el fin de entretener, el contenido llega a ser más variado y los limitantes son pocos a la hora de acceder a estos contenidos en específicos. Dichos programas, videos, o música son dados a lo comercial, a la venta del producto en cuestión, ya que no importa el mensaje, si no a cuantas personas llegue lo llamado “viral”.
Aquel contenido viral nos es más que la repetición de la repetidera, el mensaje es simple, y muy fácil de comprender, y nos deja una satisfacción efímera en el momento de ser consumido. Un ejemplo comparativo puede ser una canción; tomar letras como las del artista colombiano Maluma y compararlas con letras del artista chileno Víctor jara, es comprensible el peso social que puede cargar una de la otra. Ahora bien llevemos el consumo a la parte personal.
Es claro pensar que en tal momento de intimidad, de no querer ser perturbados por algún actor llamando a la puerta, o un mensaje de alguien indeseado o inclusive del trabajo o la universidad, queramos consumir un producto para acompañar el momento, es cuando debería surgir el pensamiento y deseo de aprovechar el momento para entrar en la ilustración. En la televisión con señal pagada, se llega a poseer un sinfín de canales de todo tipo que solo buscan entretener: una novela con tramas clichés donde la infidelidad ofusca, shows donde las familias compiten unas a otras para ganar cierta suma de dinero o un canal con reguero de videos musicales de todos los géneros.
Con contenidos de este tipo la ilustración puede llegar a ser mínima, pues para entender una novela no se necesita ser un experto en guiones, pero se disfrutaría aún más siendo uno. Detrás de una producción siempre existirá un mar de conocimientos para ser creada, conocimiento que a la vez pasa desapercibido por el entretenimiento que este ofrece, tal producto siendo consumido en momentos de ocio no llega a ejercitar al televidente y solo queda en el atisbo de la risa, tristeza que este puede llegar a dar.
“Este entretenimiento me deja con una sensación de insatisfacción, como si el tiempo en que lo estuve presenciando no aprendiera nada, si las risas no faltaron, pero ¿después qué? Sigo teniendo aquel trabajo de la universidad que no he adelantado, u observé la hora y no adelanté la nómina para mañana en el trabajo, es más, el momento fue tan efímero pues tenía un mensaje de aquella persona que no quiero ver; es decir, no gane nada más que un descanso que fue sutil pues al recordar lo que tengo que hacer me abrumó”. Entrevista a fuente.
Si llevamos al campo del entretenimiento en los celulares, encontramos un mercado muy característico de las redes sociales y es el meme, un tipo de imagen con un mensaje muy claro que tiende a ser satírico frente a una situación o emoción que solo aquel que pase por tal podrá comprender la crítica o comentario que se hace al respecto. Un entretenimiento que exige mucho más al momento de ser creado, la creatividad es esencial para este contenido; dos tipos en especial de memes son el político e histórico, pues para disfrutar de estos es necesario tener una comprensión alta del contexto a que se refiere la sátira, de lo contrario no saldrá la risa que se espera.
Testimonio del sujeto al ser sometido a un momento de ocio con contenido artístico:
“Tuve la oportunidad de mi momento de ocio con contenido artístico, así que tomé mi cobija, mis papitas, mi bebida de cebada y encendí la televisión, pero esta vez con un cambio pues lo conecte al computador y con esa sensación de mayor libertad para escoger el contenido que voy a consumir. No sabía que Hitler en su victoria en Francia dictó sacar el vagón en dónde se firmó el tratado de Versalles, lo puso en el mismo lugar, firmó la rendición de Francia y luego destruyó el lugar como símbolo de victoria; el pueblo alemán lo idolatro en ese momento, quién se imaginaría que el director Quintín Tarantino nunca fue a una academia de cine todo lo aprendió viendo películas del viejo oeste, el reggaetón es un género que fue considerado protestas tiempos atrás pues era capaz de decir cosas consideradas tabú.
El contenido artístico, como se puede identificar busca que el espectador se ilustre de alguna manera frente a un tema en específico, de cualquier forma, la industrialización del contenido ha hecho que el arte sea considerado de uso únicamente académico, ha creado el mal estigma de que quien consume arte a diario es de las clase sociales de elites, quien se ilustra es quien tiene los métodos para tal. Las bibliotecas no son tan frecuentadas por el desconocimiento que se tiene para acceder a ellas, y cuando se conoce el cómo, no son tan frecuentadas pues son solo de uso académico.
La “alta cultura” no es más que un estigma, pues con la actual facilidad de adquirir información se mantiene el pensamiento que el contenido artístico puede llegar a ser aburrido, poco satisfactorio y para algunos en específico.