Mis primeras clases de la carrera de comunicación social los docentes siempre hacían énfasis en algo; que el periodista es un ser imparcial que siempre buscaba la verdad, que es un ser muy objetivo, pero sobre todo es la voz de aquellos seres que no pueden comunicar lo que sienten o los hechos que la han pasado, un defensor de los desprotegidos y abusados. Cuando escuchábamos eso, nuestros cerebros hacia un cortocircuito y nos elevaba a ese estatus de un casi héroe anónimo, sentíamos que podíamos cambiar el mundo con nuestros escritos, investigaciones, reportajes, documentales, en algo mejor.

Sin embargo, cuando se enfrenta la realidad del periodismo esos principios éticos uno que otro se la pasan por la galleta. Por decirlo de buena manera porque la expresión exacta es le vale tres hectáreas de estiércol cumplir estas normas básicas para ejercer la profesión, se venden al mejor postor para defender hechos, son inaceptables en la palestra pública, pero ellos juran y recontra juran que lo que están haciendo es por el bien de la nación y que la democracia de esta patria bananera no caiga en una tiranía.

Cómo hace un par de semanas, Los periodistas “más reconocidos” de este país, salieron en gavilla a la defensa del expresidente Álvaro Uribe Vélez, argumentando en sus medios de comunicación de que este “honorable señor” era un perseguido político y que la justicia había mostrado un circo para encarcelar y así vengarse del posible escándalo de las chuzadas que se vieron sometidos los jueces en sus gobiernos. Cómo era posible que la Corte Suprema de Justicia lo hubiera secuestrado en su pequeña finca el Ubérrimo, de tan solo 123.000 hectáreas, eso era inaudito, un sacrilegio. Y que no le están respetando el derecho a su inocencia y a defenderse en libertad, lo pintaban como un mártir político. que fue engañado de la forma más ruin posible por su abogado cadenas, que todo lo hizo a sus espaldas.

Es supremamente triste que el periodismo colombiano quede tan mal parado por estas acciones. Pero quiero ser objetivo y vamos a analizar, hace mucho tiempo los medios de comunicación en Colombia han dejado de ser medios  para convertir en emporios empresariales que necesitan adquirir recursos para poder subsistir, “Como se dice por acá platica, dinero, biyuyo o cualquiera  adjetivo relacionado con la economía”, Por consiguiente el periodista se convierte en un empleado de esta maquinaria económica y su función es defender los intereses (ya sea voluntariamente o a regañadientes) de los patrocinadores de la empresa o al dueño de la misma como el señor Ardila Lule de la cadena RCN, Y como hace rato acá en Colombia hay un secreto a gritos que los grandes empresarios están patrocinando las campañas políticas y están disque colocando presidentes para el beneficio de ellos mismos. El comunicador social empieza su batalla interpersonal entre sus principios éticos y poder tener un sueldo a fin de mes. Y tras del hecho el neoliberalismo le venden esa falsa idea del estatus social que si tú tienes mayor poder adquisitivo tu nivel de felicidad va a ser mejor, tu calidad de vida va a ser excelente.

Y en el gremio hay un gran porcentaje, que tiene la errónea idea de que la fama te puede conseguir mejores contratos o poder trabajar en grandes empresas te asegura grandes sueldos, la suma de todos estos factores hace que el periodista se cohiba en ejercer una profesión Imparcial, que piensen más con el bolsillo  porque en este país tercermundista conseguir un trabajo es todo una odisea y más en un gremio donde está tan mal pagado. 

Sin embargo, No quiero justificar el pésimo periodismo que están haciendo estos “Profesionales”  claro, si se puede llamar Profesionales a los que desinformar a la población, formar sesgos políticos de odio hacia las personas que piensan igual que usted, justificar matanzas y  delitos, sólo porque el político más importante en los últimos 40 años y en otras atrocidades .Porque  en este lodazal de mala muerte ser éticamente correcto está mal visto por ciertos grupos políticos  porque va en contra de sus doctrinas. Y entiendo perfectamente tener afinidades porque no somos robots, el ser humano siempre ha tenido la necesidad de compartir gustos con otros de su misma especie, pero otra cosa muy distinta es influenciar a las masas para generar resentimiento, desesperación y miedo por un posible colapso de una democracia porque encarcelaron a una persona que posiblemente haya cometido un delito y muchos más, tras la fachada de es que estamos comunicando la verdad.

Esto no es ser imparcial más bien es como escupirle en la cara a todo un país por medio de comunicación.

Y con los anteriores comentarios No quiero empezar una cacería de brujas y decir que el periodismo colombiano es la cosa más vendida del mundo que se regala por unos cuantos monedas, al contrario en este país hay  excelentes periodistas que luchan día a día para sacar los hechos que los grandes medios no quieren contarles, El compromiso con su profesión es tan grande que no les importa perder la vida para poder tumbar esa venda que colocaron algunos vergajos en los ojos de los colombianos para decir mentiras.

Pero sobre todo el periodismo en Colombia debe estar libre de presiones económicas para poder ejercer una profesión éticamente correcta y esos que se hacen llamar periodistas reconocidos, ya dejen de venderle el alma al diablo por un sueldo de grandes emporios económicos y si no es así déjense de llamar periodistas, y por favor póngase el título del lamberico del año.