Cuando empezaron las campañas presidenciales unos años atrás, muchos decidieron elegir a una persona que nos “llevaría al progreso” porque con el otro candidato, todo sería un caos, pues este apoyaba las marchas, causas sociales, los movimientos en pro de los ciudadanos, aunque algunos prefieren llamarle, perder el tiempo y a él un desocupado que si ganaba nos “convertiría en Venezuela”, pese a que no fue quien quedó como presidente, esa realidad cruda que veíamos lejana, ya no lo es.
Somos el país de las burlas, “dirigidos” por una marioneta que no se cansa de hacer el ridículo y tras dos años en el cargo, no hace absolutamente nada más que justificar sus malas decisiones, eso si es admirable su capacidad para restarle importancia a hechos que en realidad la merecen. Por cierto esos “homicidios colectivos” la mayoría los conocemos, como masacres, las mismas que desde hace mucho tiempo vienen ocurriendo por la falta de acciones, este gobierno se ha encargado de reafirmar su incompetencia, día tras día. Las palabras suenan muy lindas sin embargo los campesinos, indígenas, líderes sociales, jóvenes, ancianos mejor aún Colombia entera, necesita soluciones no pañitos de agua tibia, ni tweets de los miembros del gabinete, halagándose unos a otros, mucho menos verlos en televisión con cara de mártires fingiendo empatía con el pueblo, cuando en cada oportunidad que tienen, aprovechan para burlarse de nuestra inteligencia.
Lo más curioso es el descaro que tienen al tratar de quedar bien siempre, si los profesores marchan no es por gusto, sino porque hace un buen tiempo les hicieron promesas que al sol de hoy se quedaron en eso, así mismo con los estudiantes, los obreros, campesinos y así sucesivamente se van sumando miles de personas a la lista eterna de “acuerdos” que en el orden de prioridades de Duque, no alcanzan a entrar. Por mi parte, considero que esos son motivos suficientes para salir a las calles a exigir respuestas, pero claro como a los funcionarios de este hermoso lugar, les pagan solo por respirar, ellos creen que este tipo de acciones son ganas de joder. No olvidemos que durante las movilizaciones, el mismo Duque, suele “pedir” orden, calma, incluso retomar las actividades cuando hay cese de las mismas, ¿en serio?, osea realmente tiene el cinismo de exigirle cosas a las personas, después de hacerse el que no ve, ni escucha, ni entiende, pese a los gritos de ayuda por parte de un estado desangrado, víctima del narcotráfico, la guerra, entre un sin fin de problemáticas evidentes.
Como buenos colombianos, cuando intentan callarnos más alzamos las voces, si no le prestan atención a uno, tendrán que prestársela a cientos, es inaudito vivir pensando en quién podría morir mañana, el paro nacional, las marchas son una muestra de nuestras inconformidades, ante una autoridad inexistente mientras todo
va de mal en peor, ellos siguen campantes. Curiosamente esto podríamos asociarlo con los Simpson específicamente con Homero, el personaje protagónico de la serie porque el tipo es pésimo en su trabajo, realmente no hace nada y le pagan por eso, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Un articulo muy interesante. Muchas gracias por la ilustración. Saludos.