Las llamas en la costa este de Estados Unidos hasta el momento no han sido controladas.

Desde el pasado 4 de septiembre en Oregón, California y Washington atraviesan una situación compleja a raíz de los devastadores incendios, por tal motivo cientos de familias han sido desalojadas de las principales zonas de riesgo. Por su parte los bomberos, continúan trabajando para combatir el fuego que ha destruido al menos 800.000 hectáreas. “Esta podría ser la mayor pérdida de vidas y propiedades por causa del fuego en nuestra historia”, aseguró la gobernadora de Oregón, Kate Brown, cabe resaltar que algunas zonas que normalmente no se incendian en dicho estados hoy lo están además, las localidades más perjudicadas, según la mandataria son Detroit (en el norte y cercana a Portland), Blue River y Vida, cerca de Eugene, y Phoenix y Talent, cerca de Medford, en el sur.

El secretario general de la Organización Metereológica Mundial, Petteri Taalas, manifestó, “hemos inyectado más energía al sistema porque hemos atrapado más calor en la atmósfera”, es decir que esto aumentó la energía para tormentas tropicales e incluso cambios en el patrón de precipitaciones, los cuales dan paso a sequías en algunos lugares y fuertes tormentas en otros. El científico, Overpeck, manifiesta que si bien estas oleadas de calor, podrían ser a raíz del cambio climático, no todos los desastres  pueden ser atribuidos a la misma causa. Por otro lado, las autoridades se encuentran preocupadas por Oroville, ya que en este lugar surgió un nuevo foco.