En marzo 2020 se deforestaron cerca de 64.000 hectáreas de bosque en la región amazónica, hasta el 15 de abril se llegaron a reportar cerca de 75.000 hectáreas de bosque deforestado. 

Estos resultados fueron dados por el ejército de Colombia, el instituto de hidrología, meteorología y estudios ambientales IDEAM y la Fundación para la conservación y desarrollo FCDS, también indicaron que estos resultados aumentaron a fechas anteriores aumentando un 85 % en comparación a los daños ocasionados a los bosques de la Amazonia en años anteriores.

En este lapso se han visto afectadas las regiones del Meta, Caquetá, Guaviare, y cabe destacar que se afectaron zonas por la pérdida de bosque, entre ellas está La Sierra Nevada, La Serranía de San Lucas y Bajo Nechí. Al igual que dichos territorios, se vieron afectados parques nacionales, como el parque de la Serranía, de la Macarena, el Tinigua y Chiribiquete.

Según la ONG esto se ocasiona por diversos motivos, retraso de lluvias, aparcamiento de tierras y construcción de vías, entre los registros se evidencia apertura de fincas ganaderas, cultivos de coca, apertura de vías, talas ilegales, quema de zonas forestales. A esta problemática se va sumando las múltiples amenazas publicadas en panfletos en las que también otorgan “permisos” de tala de árboles y apoderarse de las tierras, amenazando a personal de los Parques Nacionales, Misión Amazonia, Corporaciones Autónomas y el Instituto Shinchi.

Aunque se han intentado preservar, estas áreas no son respetadas además de que han sido foco de algunos desastres naturales e incluso daños debido a los cambios climáticos. Por otro lado, las poblaciones allí ubicadas dificultan la posibilidad de llegar a acuerdos en los que se preserve la vida silvestre, arbórea y acuífera de la selva amazónica, en donde para este año se prevé aumente la perdida de zonas árboles.