Si ve por ponerse esa culifaldas es que los manes le gritan cosas” le dijo un tipo a una muchacha en el Transmilenio después de decirle a otro tipo que le tocará el trasero a su madre, y así durante muchas décadas los violadores y acosadores se defienden entre ellos. El acoso callejero es tan repetitivo para muchas mujeres, pero siguen creyendo y jurando que es culpa de una falda o un escote que no se pueda caminar tranquila, desafortunadamente para nosotras el acoso no desaparecerá al menos en unos siglos más.
Días tras día los casos de acoso van aumentando descontroladamente y las denuncias que se imparten en su efecto no solucionan absolutamente nada y así van permitiendo que los hombres acosen sin el temor de que la ley algún día les cobre sus hazañas asquerosas contra las mujeres, “yo siempre he querido cogerle las nalgas a una mujer en el transporte público” palabras dichas por un hombre con rasgos sexistas y acosadores, acaso creen que es divertido para nosotras que nos andes tocando las nalgas debajo de la falda o diciendo cosas asquerosas, los acosadores muy bien saben que en ningún momento vamos a voltear y decir “oye que hermoso gracias, cuando quieras me coges la otra”.
En Colombia la bancada de mujeres del senado contempla un proyecto de ley donde se castigue el acoso sexual, los exhibicionismos, los tocamientos, grabaciones entre otras conductas, se pagarán al menos 4 años de cárcel, la representante de este proyecto asegura “la mayoría no asocia el acoso callejero con la violencia sexual, por eso es urgente visibilizarlo y erradicarlo” infortunadamente para que una mujer quiera denunciar que fue acosada sexualmente la ley propone que se debe tener pruebas contundentes en las que se noten los hechos, es que ven como no creen cuando una dice que la están tocando.
Un acosador es un potencial violador, si son capaces de acosar sexualmente a una mujer serán capaces de violar, para que lo entienda mejor el acoso callejero afecta en muchos ámbitos a las mujeres quitándoles la paz y la tranquilidad de salir a la calle o transportarse en los servicios públicos, el acoso callejero es una de las formas más graves de agresión sexual.
Esto está en nuestra cultura, para todo el mundo es muy normal que a una mujer le digan morbosidades, la toquen o la violen, no es grave, dicen que no son acosadores, pero se burlan de las luchas feministas, de las mujeres que día a día les arrebatan la vida, de la niña que su papá viola todos los días, diciendo “ay es que es solo humor negro”.
Pero entre mujeres la lucha por erradicar el acoso sexual debe persistir porque somos nosotras a quienes nos vulneran la paz y la tranquilidad y que se sigan levantando las voces contras los violadores y acosadores, sean empáticas, entre nosotras podemos ayudarnos y cuidarnos.