El primer debate presidencial entre el presidente Trump y el ex vicepresidente Joe Biden estuvo inundado de ataques personales e insultos que le dificultaron el control al moderador Chris Wallace. Lo que más destaca, sin embargo, es la renuencia del mandatario a condenar la supremacía blanca imperante en el país.

“El pueblo americano perdió esta noche», dijo Jake Tapper de CNN, refiriéndose al desastroso debate que se dio en la noche del martes 29 de septiembre entre los principales candidatos a la presidencia, el actual presidente Donald Trump y el ex vicepresidente Joe Biden. El debate se caracterizó por los ataques personales, insultos e interrupciones que vinieron principalmente del presidente Trump, llevando a cabo su usual estrategia de “confunde y reinarás”. 

Biden, por su lado, intentó ignorar las interrupciones de su oponente hablándole directamente a la audiencia y los votantes, “voten y háganle saber a sus senadores cómo se sienten. Voten ahora”. Sin embargo, algo sí es claro, este debate tampoco fue el más limpio de Biden. Ante las bufonadas de Trump, estuvo más desconcertado que ágil, perdiendo valiosas oportunidades para contraatacar. Por ejemplo, en el momento en que Trump se burlaba de que usaba “el tapabocas más grande que nunca haya visto”, Biden pudo responder con que en los eventos recientes de Trump no se utilizaron tapabocas y, así mismo, se dio un pico de casos de coronavirus en Tulsa, Okla, tras uno de estos eventos.

Es evidente que Biden tuvo sus tropiezos y falló, en algunos momentos, en mantener su compostura frente a las intervenciones de Trump. “¿Puede callarse, hombre?”, dijo Biden mientras intentaba responder una pregunta, en varias ocasiones llamándole “payaso”.

Pero Trump, como siempre, fue más allá de los límites. De hecho, se pasó de los límites. A pesar de la personalidad escandalosa del empresario, esta vez parecía estar nervioso y, por ende, más agresivo de lo normal. Tanto así que durante el debate quiso atacar a Biden con el pasado consumo de cocaína de su hijo, Hunter Biden. A lo cual el político respondió, “mi hijo, como muchas personas que ustedes conocen, tuvo un problema de drogas. Lo ha sobrellevado. Lo ha arreglado. Y estoy orgulloso de él”. Luego, cuando Biden hablaba del manejo que ha tenido la presidencia ante el COVID-19 y cómo Trump debe ser más “inteligente” al respecto, el mandatario desvió la conversación diciendo que Biden no debió utilizar la palabra con él debido a que fue el último o penúltimo en su promoción universitaria. 

No obstante, cabe resaltar una de las mayores y más preocupantes falacias de Trump en el debate. Y esa fue la resistencia a denunciar la supremacía blanca que ha estado tan presente en la cultura norteamericana y la ambigüedad con la que se refirió a grupos extremistas de derecha cuando se vio arrinconado para hablar. “Proud Boys, retrocedan y esperen”, dijo el mandatario antes de, inmediatamente, señalar a “Antifa” por los disturbios que se han dado por el movimiento Black Lives Matter y atacar al partido Demócrata por no tener control sobre las ciudades ‘azules’.

“No sé quiénes son los Proud Boys, tendrá que darme una definición porque no sé quiénes son”, declaró cuando fue cuestionado, más adelante, acerca de a quiénes se refirió al utilizar término en el debate, “sólo puedo decir que retrocedan y esperen, dejen a los agentes de la ley hacer su trabajo”. 

A pesar de que Trump niega a sus seguidores, los Proud Boys, el grupo extremista de derecha respondió a este enunciado jurando lealtad al presidente en esa noche de martes. Integrantes del grupo, o personas que se identifican con él, se han manifestado en sus redes sociales declarando que estaban “esperando y retrocediendo”. Incluso, una de las redes sociales más conocidas del grupo hizo “Retrocedan. Esperen.” su nuevo logo. El organizador de la agrupación, Joe Biggs, también estuvo activo en las redes sociales, “¡Trump básicamente dijo vayan y jódanse! Esto me hace tan feliz” publicó esa noche del debate, como puede observarse en la respuesta de Joe Biden a un periodista que tuiteó un pantallazo del grupo celebrando en redes. (Tomado de: Twitter de Joe Biden

Esta agrupación de extrema derecha es considerada violenta, nacionalista, islamofóbica, transfóbica y misógina de acuerdo al Anti-Defamation League, una organización sin ánimo de lucro que rastrea grupos extremistas. Así mismo, Megan Squire, profesora de ciencias informática de Elon University en Carolina del Norte, que rastrea el extremismo en línea señaló, hablando con NBC, que la declaración de Trump cumplió con la fantasía de esta agrupación. “Su fantasía es combatir antifa en su defensa y, aparentemente, él acaba de pedirles hacer justamente eso”.

Autor: Giselle Murillo.