“Amy Barret se convertiría en la tercera integrante de la corte elegida por el presidente Donald Trump , después de los nombramientos de Brett Kavanaugh en 2018 y Neil Gorsuch en 2017”.
El senado estadounidense, se pronunciará este lunes para confirmar a la americana Amy Barrett, como jueza tras su postulación el pasado 26 de septiembre, por el presidente Donald Trump. Esta decisión, se toma justo una semana antes de las elecciones presidenciales. Barret quien sustituirá a la fallecida Ruth Bader Ginsburg, reconoció que su fe católica, aunque juega un papel importante en su vida, estará separada de su trabajo y sus decisiones.
La indignación del partido demócrata, no se hizo esperar tras la decisión de Trump, pues consideran que faltando unas semanas para las elecciones, una iniciativa tan importante como la postulación de la jueza debe tomarla el presidente que resulte ganador en las urnas. a diferencia del partido republicano, que argumenta que el proceso de conformación debe ser lo más rápido posible y elegir a Barrett es indispensable.
El proceso de conformación de los jueces en la Corte Suprema estadounidense no ha sido fácil. Por ejemplo, en el 2013, Harry Reid, que lideraba la mayoría demócrata en el Senado durante el gobierno de Obama logró cambiar las reglas de juego para elegir a un juez con una mayoría simple en el senado y no una calificada. De hecho recientemente Trump incitado por las críticas a la postulación de Barrett citó un tweet del senador Lindsey Graham que decía “Harry Reid & Chuck Schumer cambiaron las reglas del Senado para acomodar las cortes para Obama. Ahora está de regreso para atacarlos, como predije”.
La Corte Suprema estadounidense es muy parecida a las cortes de la misma posición en otros países, aunque se diferencia de las otras pues esta reconoce casos concretos y no se pronuncia sobre casos abstractos, pues de hacerlo dejaría de ser un juez para apropiarse de un poder constituyente.
Barrett es sucesora de Ruth Bader Ginsburg, que hace algunos meses murió a los 87 años debido a un cáncer de páncreas y quien era un icono feminista y progresista del máximo tribunal, apoyando asuntos de igualdad de genero, inmigración , aborto o matrimonio igualitario.
La muerte de un juez siempre es algo significativo en Estados Unidos, aunque la de Bader Ginsburg significó un terremoto de consecuencias para el país pues con el nombramiento de Barrett, Trump tiene a 3 miembros dentro de la corte a su favor, y puede alterar a su manera por años el equilibrio ideológico a favor de conservadores, además ocurre en el mejor escenario polarizado y cercano a elecciones presidenciales.
«Es claro que con las últimas decisiones de Trump y los cargos que ha asignado, solo busca tener más gente a su favor y que lo respalde en caso de que pierda las elecciones contra Biden, desde el nombramiento del jefe de la oficina de correos, hasta el nombramiento de Claver-Carone como presidente del BID, unas jugadas que claramente muestran para donde va el presidente estadounidense” Afirma Nicolas Guerrero, analista político.
De tintes conservadores
Con 48 años, la jurista es una devota católica, y ha afirmado anteriormente que “la vida comienza en la concepción” lo que crea gran controversia frente a los debates a favor de revertir la decisión judicial de 1973 que legalizó el aborto en todo el país.
Barrett ha votado a favor de las duras políticas para inmigrantes de Trump y además se ha puesto en favor del derecho de los estadounidenses a portar armas libremente. Es evidente que el perfil de la jurista elegida por el presidente revela una estrategia para fortalecer sus bases más conservadoras en época de elecciones, además esta elección busca alejar radicalmente a la jueza del perfil radical de Bader Ginsburg.
Todo esto con un objetivo claro, asegurar su puesto en la presidencia, pues los jueces de la corte suprema ostentan en el cargo vitaliciamente y este tribunal hace de intérprete en asuntos de máxima relevancia política y social, y por ello esta designación tiene tanta importancia en el panorama electoral actual. Además Trump ha denunciado que no reconocerá los resultados si no le favorecen, culpando al voto por correo y en este caso la corte suprema sería quien determine quién ocuparía el cargo de presidente.