Las acciones fueron ejecutadas por el ejército birmano contra el Gobierno civil de Aung San Suu Kyi, quien fue arrestada no sin antes proclamar estado de emergencia durante un año.
En horas de la mañana los diputados del régimen regresarían a sus labores en el parlamento nuevamente, después de las elecciones generales llevadas a cabo en noviembre, donde la Liga Nacional para la Democracia (LND), partido de la jefe del gobierno civil Aung San Suu Kyi, ganó por mayoría.
Según el ejército, durante las votaciones se habrían presentado irregularidades e incluso afirma el descubrimiento de 10 millones de casos de fraude electoral, motivo por el que se orquestó el golpe de Estado dejando bajo arresto a Kyi.
En una rueda de prensa reciente, el portavoz de las tropas había expresado la posibilidad de que los combatientes tomaran el “control” del país dada la crisis política del mismo.
Adicionalmente, en días pasados el general Min Aung Hlaing, conocido como una figura muy poderosa en Birmania, afirmó que la Constitución podría ser “revocada”. Esta declaración aumentó la incertidumbre y la tensión en todo el territorio, poniendo a los diplomáticos en alerta.
Cabe resaltar que, actualmente la nación asiática atraviesa una disminución de las exportaciones agrícolas a China, lo cual ha generado dificultades económicas, así se ha evidenciado en un informe realizado por el Banco Mundial el año pasado.
“Birmania podría perder el beneficio de los progresos logrados durante la última década en la lucha contra la pobreza, con familias más vulnerables y amenazadas por el desempleo”.