La facilidad con la que se “omiten” los problemas de este país, no tiene comparación, pero claramente algunos colegas del “presidente” también quieren jugar al “aquí no está pasando nada”. Hace dos o tres días, Estados Unidos certificó a Colombia en la lucha contra las drogas, asegurando que durante el año pasado Duque hizo una “gran labor” al respecto, la cual era evidente en la reducción de cultivos ilícitos.

Suena tan lindo, pero se nota que no tienen ni idea de la realidad, los campesinos dedicados a la siembra de coca llevan haciéndolo mucho tiempo, esta situación viene desde hace años. Ahora, las alternativas ofrecidas a estas personas, para la erradicación de dichos cultivos, son nulas. Obvio, suena facilísimo decirles “oigan dejen de sembrar esa mata que fomenta el narcotráfico”, cuando están cómodamente sentados en sus casas, rascándose la panza, esperando únicamente el día del pago de cada mes.

Si realmente todo es tan fácil, entonces bríndenles soluciones, ellos necesitan subsistir y eso no se logra apunta de gracias o mirando el techo, mientras a don Duque, se le da la gana de “ayudarlos” porque ahí viene el otro asunto, no se trata de la bondad de este sujeto, aquí realmente hay muchas cosas en juego las cuales, si analizamos con detenimiento, no son “convenientes”.

Dejémonos de pendejadas, nuestra bella tierra gira en torno al narcotráfico, pues la cercanía de diversos miembros de la política con sujetos dedicados al negocio de la importación y exportación de estupefacientes, son una clara muestra de ello. Un claro ejemplo son los miembros del séquito del culibajito e incluso él mismo, teniendo en cuenta los “nexos” como les gusta llamarlos con personajes, como el ‘Ñeñe’ Hernández o Guillermo León Acevedo, bastante irónico que esta gente “decorosa” ande mezclada con la “inescrupulosa”.

Uno creería que es complejo entender, pero en realidad no, la cosa funciona de la siguiente manera, detrás de las campañas de muchos de los politiquillos colombianos e incluso de otros países, hay platica turbia, mal habida, sucia. Dejando en evidencia, el poder de los alucinógenos en esta región e igualmente en otras partes del mundo. Claramente los traficantes son buenos en lo suyo, necesitan moverse en ciertas zonas, hacer crecer el negocio, entonces mueven sus fichas y listo, vía libre.

Principalmente esos son mis motivos, para considerar esta “certificación” una absoluta burla e incluso falta de respeto porque masacres como la de Samaniego, también conforman esta “lucha” donde los inocentes siempre llevan la peor parte, y los “altos mandos”, no hacen más que vanagloriarse con logros inexistentes.