Los Talibanes destruyeron a los dos Budas que habían sobrevivido siglos, dada su visión radicalista al respecto.
Las estatuas representativas del budismo, más conocidos como ‘Budas’, median 55 a 38 metros de altura, fueron esculpidos a mano, rodeados de monasterios. Fueron destruidos 20 años atrás, hecho considerado como uno de los principales crímenes arqueológicos del mundo, dado el significado y valor histórico de estas figuras en arenisca.
Debido a que no se siguen construyendo, partes de la cultura y el bienestar del Emirato Islámico de Afganistán, así como su estructura económica, sufren grandes pérdidas, aunque las intervenciones de otros países les devuelven la esperanza a los habitantes de ese territorio.
Cabe recordar que, el movimiento Talibán, responsable de la destrucción de las esculturas es un grupo extremista, creado en 1994 que busca revelar “la verdad”, desde corrientes políticas, militares y religiosas. Actualmente, se desarrolla una guerra interna en Afganistán de la cual este conglomerado es partícipe, ejecutando múltiples enfrentamientos que han llevado a ciertas potencias mundiales a participar en tal disputa, una de ellas es Estados Unidos.
En cuanto a la destrucción de los Budas de Bamiyán, tras ser “modificados” a una representación humana, inmediatamente los extremistas, se negaron a aceptar tal acción e incluso la consideran ofensiva dentro del islam. Por tal motivo, se desencadenaron ataques con armas de guerra, sin contar con la bomba puesta en marzo del 2001.
Por otro lado, Ghulam Sakhi habitante de Bamiyán, revive los momentos de su captura en el mercado local junto con decenas de personas, quienes posteriormente fueron obligados a ubicar el artefacto explosivo, causante de la demolición de los ‘Budas’. Durante una reciente entrevista, Sakhi aseguró que «No es algo que se puede olvidar».