Ha sido una semana muy agotante, se presentaron no uno ni dos sino más casos donde se pierden vidas a causa de las armas de fuego.

En Colombia a través del decreto 1808 del 31 de diciembre de 2020, el presidente de la republica ratificó que en el país es ilegal el porte de armas de fuego. Ahora bien, pareciera que en nuestro territorio es tan fácil conseguir un arma de fuego. Esto no es un problema de seguridad, es un problema de control por parte de las autoridades en fronteras y aeropuertos, pues ¿cómo? y ¿por dónde están ingresando armas al país? ¿Dónde está el control judicial de ellas, si no tienen permisos quien hace un control de esto?

Está claro que la administración y la Policía intentan distraer a la ciudadanía dándole televisor y nevera al patrullero que atrapó al presunto asesino de Edwin Caro como muestra de su valentía, lo que hacen es quitarle seriedad al asunto, pues eso hace parte de su labor como agente de Policía cuidar, ayudar o atender al llamado. En su lugar, le entregan una nevera y un televisor como si se hubiese ganado un sorteo.

Por otra parte, la alcaldesa ni que hablar cuando hace unos pocos días aseguró que el índice de inseguridad en la cuidad había disminuido, pero la sociedad ha manifestado sentirse muy expuesta a los asaltos y es que la inseguridad en la capital está en alerta. Tal vez las cifras digan una cosa, pero la realidad es muy distinta; el robo de celular es mi recurrente, y con sistema judicial tan precario las personas han perdido la fe en las instituciones, esta es la razón por la que ya no se toman la molestia en denunciar.

La falla en las instituciones muestra debilidad a la hora de castigar los delitos cometidos, por eso a los criminales en Colombia no se les da nada cometer un delito. Cuando reciben penas tan cortas o, en algunos casos, ni a juicios llegan y quedan absueltos por vencimientos de términos.

Con lo ocurrido el día domingo en la capital, fue muy poca casi nula la información en las cuentas oficiales tanto de la Policía de Bogotá, como de la alcaldesa Claudia López, no se pronunciaron acerca del tema.

Estamos pasando por una situación precaria, y es que es de esperarse con un desempleo tan alto, muchas personas optan por la criminalidad para comer. La situación está muy complicada, pero la Policía centra más su atención en cambiar sus uniformes.

Es que es obvio que es más importante gastar dinero en cambio de uniformes que en más seguridad para la cuidad, que entrenar mejor a los agentes, mejorar el sistema de detención de delincuentes o inclusive mejorar el servicio carcelario, el cual es otro gran problema de la ciudad, pues estas no cuentan ni con espacio ni un sistema eficiente de manejo de los prisioneros.

Hay tantas cosas malas pasando al mismo tiempo las cuales necesitan con urgencia atención, pero para nuestros dirigentes es una prioridad cambiar los uniformes de la institución.