La Muerte significa el fin de la vida, y actualmente se encuentra muy relacionada con el tan mencionado COVID-19, pues es este virus quien se ha llevado a muchas personas o ha sido mayormente la causa de numerosos fallecimientos en este último tiempo.
Al hablar de la muerte todos sienten un miedo instantáneo, pues es el fin; sin embargo, teniendo en cuenta que el mayor riesgo actual es contraer el virus, debido a que puede producirla, muchos no toman los debidos cuidados, e incluso hay personas que aún no creen en él y viven el día a día como si en las calles no corrieran peligro de este “enemigo”. Entonces se olvidan de que la muerte está ahí, casi que esperando en la esquina.
Si tu fin llegara y lo supieras, de seguro no lo aceptarías y tal vez hasta te arrepentirías de no haber tenido cuidados, y si los tuviste…, no lo aceptarías ni aunque fuese en unos meses, porque la muerte da miedo, y no solo por ti, o porque de alguna forma se acaban tus sueños, sino también por las personas que dejas, tus seres queridos que tal vez necesitaban de ti y, por supuesto, te querían; entonces lo que dejas para ellos es solo dolor y vacío. Ellos tampoco querían que te fueras.
Como dice la Biblia, somos “una neblina que aparece por un poco de tiempo y luego desaparece” (Santiago 4:14).
Morir es inevitable, pero lo que sí puedes evitar es que el tan temeroso acontecimiento suceda de manera prematura o dramática, y sobre todo que sea a causa de un virus porque no tuviste cuidado.
Es espantoso vivir aislados de tus seres queridos, no poder salir como solías hacerlo y, lo peor, tener que usar una molesta mascarilla para protegerte. Pero es más espantoso morir, puedes imaginarlo. Y cuando no se trata de ti, sino de un ser querido, podría afirmar que sufres más, porque lamentablemente esa persona ya no siente nada, y mientras tanto tú vives una situación compleja en la que no sabes bien qué es lo que sientes, pero en definitiva te sientes mal.
La conclusión de todo esto es cuidarse, cuidarse a sí mismo y cuidar de las personas que más queremos. A mí me tocó perder a alguien cercano y, también, a muchos conocidos, pero estas tragedias se pueden evitar. Reitero: es mejor vivir en aislamiento que ver partir a una persona que amas.
En estos tiempos demuestras más amor cuando no abrazas a alguien que abrazándolo.