El pasado 20 de julio, día de la independencia de Colombia, se sintió diferente a todos los años. En pasadas ocasiones, todos los colombianos mostraban su orgullo por la patria, y solían poner la bandera del país en sus casas. Sin embargo, este año el festivo día no fue igual.

El 20 de julio de 2021 estuvo dividido por quienes apoyan el paro nacional y por quienes rechazan cualquier tipo de evento en contra del gobierno del país.

Aquellos que se declaran en favor del presidente Iván Duque, su gabinete y, por supuesto, su partido político, celebraron el día con la idea de respetar los símbolos patrios, sin modificarlos, además de apostarle a la unión del pueblo para, según, seguir construyendo un mejor país.

Para conmemorar el día, se llevó a cabo una ceremonia en la que le rindieron homenaje a las familias que han perdido seres queridos por la pandemia y la violencia, y, por supuesto, a los héroes de la patria, es decir, la fuerza pública.

También, ese mismo día, el presidente Duque fue ovacionado en el congreso durante su discurso; dicha ovación fue por parte de congresistas del partido político al que pertenece, es decir, el Centro Democrático.

Llegados a este punto hay que mencionar la contraparte de este día: aquellas personas quienes están en desacuerdo con el gobierno nacional, a favor del paro y todo lo que ello implica.

El descontento nace de las injustas decisiones y acciones que realiza el Gobierno, y este año dicho descontento se desató debido a la Reforma Tributaria que este proponía. El paro nacional comenzó el 28 de abril, sin embargo, con el pasar del tiempo las razones aumentaban, y muchas comunidades o familias protestaban por razones que, aunque son pasadas, no son olvidadas por las víctimas, por ejemplo, los falsos positivos.

Las razones sobraban, pero una en especial empezó a resaltar: la represión por parte de la fuerza pública hacia los manifestantes. Parecía que protestar y expresar opiniones era delito, tanto así que los policías y agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) arremetían contra cualquiera que estuviera presente en eventos alusivos al paro nacional. Hubo heridos, muertos y desaparecidos que se le atribuyen a la fuerza pública.

Por lo que, partiendo únicamente de lo anterior, es posible afirmar que en Colombia no hay libertad, pues si contradices al gobierno puedes hasta perder la vida. Muchas personas suelen considerar que esto se trata de una dictadura.

Lo cierto es que no se puede negar la realidad del país, la situación es crítica y se puede percibir el sufrimiento de quienes lo han perdido todo, y, a su vez, la resistencia de aquellos que en cuerpo y alma luchan por un mejor país en el que la prioridad sea su gente y la justicia reine para todos.

Este 20 de julio fue diferente porque el pueblo despertó, porque las atrocidades cometidas ya no son ocultadas y están presentes en la memoria de las personas que luchan por el bienestar de todos los colombianos, porque hasta que no haya procesos de diálogo reales en los que se atiendan y respeten las diferencias, no habrá la tan proclamada unión.